Gerona es conocida como un paraíso para los ciclistas. A continuación se describen 4 rutas imprescindibles.
A 20 km de Gerona, en una carretera indescriptible en las afueras de la ciudad de Banyoles, con vista al brillante lago azul, se encuentra la montaña de Puigsou, también conocida como la subida de Rocacorba. En su momento un secreto bien guardado entre los conocedores, es ahora posiblemente una de las escaladas más conocidas de la zona de Gerona y uno de los primeros lugares a los que la gente se dirige cuando visita la ciudad sobre dos ruedas. Además de su ubicación, parte del atractivo de Rocacorba es el reto de la subida en sí misma, hay pocas subidas en la zona que comiencen a igualarla por la pendiente y la longitud. La recompensa sin embargo, es enorme: el santuario de Rocacorba alza encima de un acantilado bastante curioso (tiene forma de barco) y ofrece una panorámica que hace caer de espaldas. No deje que se lo cuenten!
Entre las comarcas del Alt Empordà y la Garrotxa se levanta la Sierra del Monte, donde en su pico culminante encontramos el santuario de la Virgen del Monte, la que se considera la patrona del Empordà. Esta espectacular ruta, contiene una de las subidas más largas y duras de la zona. Hay dos maneras de enfrentarse a la Virgen, la ruta más fácil desde Cabanelles: 18,54 km con una pendiente media del 5%. La pendiente es más constante y menos agotador en este lado, pero también hay bajadas cortas y planas en algunos sitios que proporcionan descansos agradables. La segunda ruta comienza en el pueblo medieval de Besalú. Desde este lado la ruta tiene una longitud de 20 km y la pendiente media sigue siendo del 5%, aunque es mucho más dura por los grandes desniveles que contiene.
A 5 minutos literalmente de Gerona encontramos el macizo de las Gavarres, donde desde sus cimas se ve una panorámica extraordinaria del plan de Gerona, Baix Empordà, Islas Medas, Pirineos, Montseny y las Guilleries. Esta ruta, de unos 10 km aproximadamente, tiene un poco de todo: rectas largas, tramos ocultos entre los árboles y secciones abiertas que miran hacia la cordillera. Es una experiencia realmente especial.
Una subida muy constante, con pocas vistas, pero con un gran final! Con 8,6 km de longitud junto con una pendiente del 7%, no es especialmente dura lo que probablemente hace que sea un ruta imprescindible para hacerla tranquilamente en un día más de «relax«.